Sexo, Drogas y Mandriva, una historia de Amor y Desamor

Hacía tiempo que no me levantaba temprano sin la necesidad de ir al trabajo. Por lo general paso la noche en banda, pero esta vez no fué así. Casi todo este año estuve sin internet en casa, después de 8 años ininterrunpidos, hasta ayer, que me volvieron a conectar el internet, pero de prepago.

Durante ese periodo usé PCLOS, todo muy bien, hasta que un día me levante creyendome el Señor Torvalds decidido a compilar el kernel de mi PCLOS. Se imaginarán la idiotez de mi empresa considerando mis casi nulos conocimientos sobre compilar... y sobre kernel. Qué vaina¡ Me tuve que instalar el Windows ya que no tenía disco alguno de Linux dando vueltas, y instalar Linux sin internet, pues no me funcionaba.

Hasta que un día me pasaron dos cosas, una mucho más importante que la otra, pero que las liga. Me encontré en mi ex universidad con Marianela, ella fué mi novia (aunque al parecer yo no lo fuí tanto para ella) durante algún tiempo el año pasado. (Yo andaba ese día en la universidad por un asunto de Tesis, hacía meses que no pisaba esa U.) Cuando la ví los órganos se me aceleraron un poquito durante unos segundos, luego volvieron a funcionar con una normalidad que me permitió invitarle un café en el casino de la universidad que me vió crecer en lo bueno... y también en lo malo, y ambas fueron excelentes.

Vuelvo con Marianela, o Mari, que me gusta más como suena. La cosa es que Mari estabas más linda y exquisita que antes, y yo... normal, como siempre, sin mucho que contar (llevaba haciendo una película... hace 4 años¡¡) excepto la eterna espera por terminar un pequeño proyecto personal. Que conversamos? Lo típico, cómo te ha ido?, Qué es de tu vida?, Cómo esta tu hijo(tiene un hijo de 7 años demasiado simpático)?, la otra mitad del tiempo nos quedamos viendo una idiotez en la Tv del casino, el café duró lo que dura cuando estás nervioso y te decides a soplarlo para qe no te quemes y te lo puedas tomar de un trago. Al rato nos despedimos, deseándonos lo mejor.

Fueron sólo 10 minutos con Mari, pero llegué a casa sin poder sacarme ese rostro y ese cuerpo de la cabeza, que vaina, joder, mierda. Pensé que ya había superado ese asunto, pero no, y no tenía los cojones para tratar de buscarla. (Cuando terminamos nuestra relación no fué en el mejor de los casos.)

No andaba bien de ánimo ese día, por lo que no pude soportar más la necesidad de alcohol en mi cuerpo para ahuyentar los malos espíritus y vaciar mi cuerpo de deseos enterrados con lo que poense eran rocas, pero resultaro ser tan sólo arena. Me embriagué con mi amigo de embriaguez, cerveza, marihuana, ron, ron y más ron. Los cigarrillos fuerón el canapé de la noche. Mi amigo ya estaba en un estado no tan eufórico etílicamente, yo andaba con ganas de seguir dándole a la cosa hasta hacerme sentir mal por la falta de respeto hacía mi cuerpo, así podría sentirme mal por otra cosa, y podría gastar menos tiempo de reflexión, imaginación, creación o la vaina que fuese en pensar en Mari, el rostro de Mari, el cuerpo de Mari, el gusto de Mari, el cuaderno de Mari, los besos de Mari, las palabras de Mari, Mari.

Ya no hice corta esta historia. Si has llegado hasta acá en la lectura entonces te tengo un regalo... Esa misma noche, con mi amigo a cuestas llevándomelo al paradero me llama Mari, al parecer también había estado alcoholizándose, pero no tuvo la posibilidad de hacerlo con una amiga o simplemente no quiso. Deje a mi amigo en el paradero esperando el bus, Mari me invitaba a su departamento, no vivía a más de 20 minutos de donde estaba, así con paso de borracho me fuí a su casa. El portero me miró con mala cara, y pues eran las 3 a.m., no estaba de más la mala cara. Me dejó entrar, con la borrachera estuve más de 10 minutos buscando el número de su apartamento, y no creo ser el único que pasara por eso, se hacía imposible poder ver el número en las puertas por la escaza iluminación.

El cómo encontré el departamento de Mari es otra historía que no cabe en este escrito. Al entrar, nos miramos y reímos, ambos borrachos. Me invitó unas cervezas y cigarros, que ya se me habían acabado. Escuchaba un disco de Javiera Mena (la pueden encontrar en youtube) , ella tomaba vino tinto, pero tenia dos cervezas de litro en el refrigerador. Nos sentamos. Nos miramos nuevamente. Fumamos. Cambiamos la música, conversamos sobre cosas triviales y sobre lo que fuimos, así hasta las 6:30 a.m.; hablando lo más despacio posible para no despertar al chico que le gusta imitar los actos del Cirque Du Soleil, su hijo. Me mandó a acostar a una habitación en la que habían muchos libros, un computador desausiado al parecer, videos, ropa, mantas, un colchón apoyado en la pared y aquí es donde aparece Mandriva. Pongo el colchón en el suelo, saco algo para cubrirme y me acuesto. Ella se uqedó levantando a su hijito para que lo pasaran a buscar y se fuese al colegio. Mientras tanto yo, me dormía como cualquier persona que llevase tomándo alcohol 15 horas seguidas. Duermo, no siento que estuviese en casa de la chica que me llevó ese día a dármelas de borracho, ni siento que estuviese en mi casa, o la carcel, o el parque, o la playa o el bar; hasta que siento algo en mi pierna, abro los ojos, veo una caja con debajo de una pequeña silla, ahí esta¡ El disco de Mandriva 2008 que tanto había buscado y que dí por perdido. Luego ella me habla y me doy cuenta que me estaba despertando tocándome la pierna. Me siento en la cama, "me puedo acostar a tu lado?", no recuerdo ni qué le dije ni nada, sólo recuerdo que estabamos ambos acostados y cada vez nos abrazamos más y más, y pequeños besos pasaron a ser grandes caricias, la ropa se hizo arena y el disco con el cual instalé Mandriva en mi tarro de cerveza virtual ahora lo uso para escribir esta pequeña historia.

Nos seguimos viendo durante una semana, hasta que por motivos que no viene al caso comentar aquí, nos volvimos a separar, esta vez creo que definitivamente. Creo en el destino, y creo que el destino quiso que me encontrara con Mari ese día para tomarme el café, y el destino quiso que hiciéramos el amor, así como también me abrió los ojos para ver el disco de Mandriva.
Ahora a fin de año estaba sacando los promedios finales del semestre de la Universidad donde hago clases.

Tenía que estar el Lunes recién pasado a las 09:00 a.m. en la Universidad para entregar promedios finales en la reunión de prefesores y dar aviso de quienes iban a examen. El Domingo anterior a ese Lunes al maldito Windows le entra un virus a través de mi Pendrive que me dejó hecho trizas, estaba desesperado, no sabía qué mierda hacer, eran las 10 de la noche, ni siquiera tenía dinero para ir a un cyber internet, nada. El computador no me entraba a la sesión, una semana de trabajo a la basura, los trabajos ya los había entregado, no tenía respaldo de las notas, hubiese tenido que pedir a estas alturas del año a cada uno de los estudiantes que me enviasen sus trabajos de vuelta, y una cosa tras otra. Pero ya se imaginarán el final de la historia. Tuvo un final feliz. Recordé a Mari, recordé el disco de Mandriva (la versión One 2008.0 que estaba en esa caja debajo de la silla de la casa de Mari), lo busqué, lo encontré, lo instalé, y terminé mis labores como si nada, incluso me reconoció la carpeta mi música, por lo que Amarok se ha convertido en mi reproductor favorito.

Que gran sorpresa, podía leer los archivos de Windows, pero no modificarlos, por lo que tuve que abrir Konqueror como root y copiar todos los archivos que más me urgían a la partición de Mandriva. Y todos fueron felices para siempre. Yo mantuve mi trabajo para el próximo año, tuve un Lunes muy agradable y ahora tan sólo me queda presentarme este próximo viernes para el examen y mi año se cierra con una buena nueva, Mandriva existe, no todo es Windows. Y Mac? Pues Mac es para los niñitos con dinero que quieren hacer las cosas fáciles, aunque tampoco me negaría a tener uno si pudiese, así podría editar mis películas sin salir de casa.

Y esa fué mi historia con Mandriva, me alargué un poco. Ahora me descargo la versión 2009 de Mandriva con el KDE4, que será la que me acompañe el próximo año. Y de windows? Pues formatié Windows. El único video juego que tenia(y que me corre en este tarro) es el Diablo II, pero el Vino todo lo puede.
Nos vemos en otra ocasión.