Mi penosa experiencia con AVG Free para Linux

Teniendo que revisar unos archivos para una PC con W$, decidí instalar un antivirus en mi Mandriva.

Como tuve problemas para instalar ClamAv (tanto en forma nativa como probando la interfase ClamWin con Wine), recurrí al AVG, un antivirus que nunca me gustó en W$ por ser pesado, con muchos falsos positivos, y por dejar inutilizables temporalmente muchas instalaciones de W$ por "fallos" en sus actualizaciones.

Bajé el correspondiente .rpm desde su sitio oficial y la instalación se realizó sin más problemas. Reinicié el equipo y entonces comenzaron los problemas.

Al terminar de arrancar Xfce, se trababa totalmente el escritorio (o casi, ya que el cursor apenas se movía luego de varios segundos de mover el mouse), mientras no paraba de trabajar el HD y la conexión a Internet.

Se me pasó por la mente que se me había troyanizado Mandriva, ya que era imposible lanzar la terminal o cualquier aplicación, reiniciar el entorno gráfico o hacer un REISUB, por lo que tuve que, al mejor estilo W$, reiniciar a lo bruto el equipo (cabe destacar que dejé unos cuantos minutos el equipo trabajando, pero el colapso persistía).

Logrando de milagro lanzar el monitor del sistema (previo esperar varios minutos), comprobé que me estaba "comiendo" toda la RAM y la Swap (256 y 400 MB respectivamente), y un nuevo reinicio a lo bruto prosigió.

Ingresé al failsafe, deshabilité el servicio avgd, sin embargo el problema seguía (es increíble, dejó Mandriva como el peor W$).

SOLUCIÓN: desinstalar el maldito paquete del antivirus, y todo recobró la normalidad.

CONCLUSIÓN: si bien GNU/Linux es un sistema muy sólido y seguro, al ejecutar cualquier cosa como root podemos comprometer el sistema. Si este .rpm, además de ser "malo" fuere de una fuente poco confiable, podría haber inyectado cualquier código malicioso y haber perdido todos los datos.

Si bien el equipo es bastante modesto (P2 a 450 Mhz, 256 de RAM y un buen disco SCSI), creo que ninguna aplicación libre hubiera hecho tal desastre, como poner varios servicios al arranque y colapsar el equipo, impidiendo que mate cualquier proceso, reinicie el entorno gráfico o mate todos los procesos y reinicie. Aún cuando el sistema muchas veces comía el 100% del micro, el sistema seguía respondiendo (aunque más lento).